Un mercado que va al alza. Así podríamos definir a las bridas de aislamiento en la industria del petróleo y del gas.
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta cualquier industria (química, alimentaria, petrolífera, plantas de distribución de gas…) es la corrosión, producida por la corriente eléctrica. Las bridas de aislamiento se realizan con materiales de plástico resistente que son capaces de soportar la emisión de hidrocarburos, la intemperie y el agua salada. Su mayor uso se da en tuberías que contienen fluidos, pues reducen el tiempo de inactividad, gracias a la electrolisis. Son económicamente viables, ya que supone un ahorro en costes de mantenimiento, aumentando la vida útil de los equipos y tuberías.
Son una garantía de seguridad y su principal objetivo es evitar la corrosión.
Además, ofrecen un gran abanico de posibilidades, ya que se pueden segmentar por elementos de aplicación, de sellado y de tipo, dentro de los cuales, el consumidor puede elegir entre diferentes y variadas opciones.
El auge de las bridas de aislamiento se está desarrollando en Europa Occidental y Norteamérica, aunque no cabe la menor duda de que el crecimiento de este nuevo proyecto de producción de productos químicos será imparable con las inversiones que se están comenzando a realizar desde los países asiáticos.
Klinger apuesta por el desarrollo que está teniendo esta industria en los últimos años y demuestra estar preparada para dar soporte técnico y comercial a las empresas de este sector. Además, con la mayor garantía, ya que las bridas realizadas por Klinger se fabrican de acuerdo a los más altos estándares de calidad y cumplen con las normas ANSI.